Abre el concierto Magín Blanco, solo, con su guitarra acústica de 12 cuerdas. Le toca la peor parte, calentar motores. Distendido y animado intenta desde la primera canción que el público participe, pero ahí comienza a percibirse la parte negativa de esta reunión familiar, mezclados con los aficionados a la música se encuentran los aficionados a la barra y a las tertulias de bar, siempre dispuestos a superar el volumen ambiental. Como “simpáticamente” comentaría Magín a mitad de concierto “si hubiese otro local abierto en Limodre más de uno no estaría allí”. Como medida acertada nos animamos a acercarnos al escenario, pero la mala suerte vuelve a cebarse con Magín, el equipo de música falla, la guitarra y la voz disminuyen considerablemente de volumen. Es obligatoria una parada para intentar solucionar la avería. Momentos de pensar en los inconvenientes de los festivales hechos con mucha ilusión y poco presupuesto. Con un equipo menos potente y pequeños problemas sin solucionar deciden reiniciar la fiesta. Queremos disfrutar y estamos dispuestos a olvidar los contratiempos, a pesar de las voces de fondo que siguen empeñadas en amargarnos la escucha. Entre rabia y placer lo mejor es concentrarse y tararear las bellas canciones que Magín Blanco interpreta con su guitarra y armónica, haciendo un recorrido por temas de los discos ”Realidad” y “Ella”, (‘Realidad’, ‘Lluvia dorada’, ‘Purita’, ‘La fiesta’...), intercalando nuevas e inspiradas canciones que suenan realmente bien e indican el interesante momento por el que está pasando y que probablemente pronto tendremos nuevo disco.
Nada mas terminar su actuación subió al escenario Nick Garrie, también acompañado exclusivamente por su guitarra acústica (y armónica ocasionalmente ). Afortunadamente con más suerte, sin sobresaltos técnicos de sonido, aunque contando también con el acompañamiento coral de los tertulianos, si bien se agradeció que empezaran a tener mayor dominio del nivel sonoro. Nick hizo un repaso completo por su corta discografía, comenzando con el ‘In pot eyes’ del primer y semi-perdido trabajo de 1969 "The Nightmare of J.B. Stanislas" reeditado en 2005 por Rev-Ola, anunciando asimismo un próximo lanzamiento con el acompañamiento de miembros de Teenage Fanclub. Combinando canciones personales e íntimas con otras más tarareables, flotando en el ambiente inconscientemente los arreglos barrocos de sus más conocidas canciones (‘The Nightmare of J.B. Stanislas’, ‘Wheel Of Fortune’, ‘Stay Till The Morning Comes’ o ‘Wine And Roses’), y aderezado todo ello con temas cantados en francés (trabaja actualmente como profesor de francés) y celebradas versiones del ‘Knockin’ on heaven’s door’ de Bob Dylan o el ‘Mellow yellow’ de Donovan, mientras entre canción y canción hacía alusiones en los comentarios a su infancia, conocidos colaboradores, su pasión por viajar, o al largo parón discográfico. Me sorprendió agradablemente el ver que su voz atenorada y juvenil sigue en condiciones envidiables.
Pop de 24 kilates en bruto (rodeado de abundantes piedras que escondían su brillo) fue lo que se pudo escuchar en Limodre, para quien fuera buscando auténtico oro musical.
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"En Casa Ardá, con cheo, o Felipop de Inverno voltou apostar polo formato acústico, aínda que os da Asociación Cultural Felicia din que parece non ter sentido facelo dese xeito, dado o puco respeto que parte do público ten polo traballo dos músicos que están no escenario e pola xente que vai coa intención de disfrutar, posiblemente esa falta de educación sexa xa algo bastante propio destes tempos e haberá que aprender a convivir con ela . Comenzou o rúes Magín Blanco, presentando os temas do seu relucinte "Realidad", un disco que non merecería pasar desapercibido diante da mediocridade reinante, pero os problemas co equipo de son estropearon a parte final da súa actuación. Solucionados os problemas apareceu Nick Garrie, artista de carreira extraña e intermitente, que nos brindou unha boa escolma da súa obra nestes últimos anos, centrándose especialmente no seu disco “The Nightmare of J.B. Stanislas”tendo tempo de facer algunhas agradecidas versións e presentar algún tema do seu vindeiro disco con parte dos Teenage Fanclub, uns grandes fans de Garrie. A pesar de non ser un instrumentista de grande técnica, a súa actuación foi realmente emotiva e case todo o público estivo de acordo coa súa calificación de notable. Non queda máis que esperar ao Felipop de verán e a ver que sorpresas nos deparan para a celebración do seu X aniversario."
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